Otra dimisión de Rodrygo, perdedor en todas las comparaciones con Brahim Díaz

Todo lo bueno que está haciendo el Real Madrid para sobreponerse a las importantes bajas por lesión y tener una dinámica ganadora no se debe a Rodrygo. El brasileño ha jugado todos los partidos de la temporada y su juego es descafeinado y confuso. Uno de los futbolistas más elegantes y talentosos del Real Madrid no tiene impacto en los últimos partidos. Su fútbol es ramplón.

La única explicación a la que se agarra es a que no se encuentra cómodo en la posición de delantero. En los últimos partidos, Ancelotti le ha dado libertad para que conecte más con Vinícius y participe del juego. No ha funcionado. Rodrygo invade zonas de Vinícius, se estorban, su fútbol no fluye y se le ve frustrado.

Rodrygo vuelve a estar en tela de juicio por un bajo rendimiento y no es la primera vez que le sucede esta temporada. En el tiempo de baja que Vinícius estuvo lesionado, en el primer tramo de la temporada, no estuvo fino ni fue determinante. Metidos en el periodo de los partidos donde se empiezan a jugar los títulos, llega, de nuevo, falto de puntería y con poca chispa. A ello se le añaden gestos de crispación con los rivales. Como los encontronazos que tuvo con el portero de Las Palmas, Álvaro Valles, al que le dio un manotazo y en los primeros minutos del partido de Mestalla con un rifirrafe con Gayà.

Ancelotti señaló al brasileño en Mestalla con un cambio que pide a gritos la gran mayoría del madridismo. Empieza a ser un clamor que Brahim Díaz aporta más soluciones que Rodrygo, con un fútbol más desequilibrante, intimidatorio y efectivo. La entrada al campo del malagueño en Mestalla reactivó el ataque del Real Madrid. Brahim puso un centro exquisito en el remate de cabeza de Vinícius para empatar el partido y el del gol anulado a Bellingham.

De los cuatro delanteros que tiene el Real Madrid, el que peor rendimiento ofrece es Rodrygo. Ha jugado los 38 encuentros de la temporada y ya le superan en goles Vinícius y Joselu (14 cada uno) en menos partidos. Brahim, con 8 goles y 1.351 minutos menos, ha dado más puntos al equipo.

Rodrygo empieza a perder en todas las comparaciones con Brahim Díaz. El brasileño tiene más oportunidades y no las aprovecha. El malagueño viene de marcar el gol del empate en el derbi de Liga contra el Atleti en el Bernabéu, de hacer el gol de la victoria al Leipzig y desatascar el partido contra el Valencia. No solo sale mal parado con la equiparación con Brahim Díaz. Joselu es el autor de un doblete en Getafe y el único gol del equipo en el empate de Vallecas.

Los fichajes le perjudican

El problema que tiene Rodrygo ya no es que los dos delanteros suplentes sean más eficaces y siga vigente el debate de si Brahim Díaz debe jugar por delante de él. El caso de Rodrygo hay que mirarlo a largo plazo. Al mes de junio con las incorporaciones de Mbappé y Endrick. Su situación volverá a cambiar y el brasileño dará un paso atrás en su status. De titular a suplente. Como en los tiempos de Benzema, en los que el francés y Vinícius eran los fijos en el once.

Rodrygo, de revulsivo, dio un excelente rendimiento en partidos en los que había que salir a remontar. De inicio demuestra que no tiene el mismo impacto, en una temporada en la que solo ha marcado en dos ocasiones (Cádiz y Sporting de Braga) el primer gol.

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La temporada está poniendo en su sitio a un futbolista elegante, talentoso y vistoso en la conducción del balón, el regate y su facilidad para irse en los espacios reducidos. Pero sin colmillo en la definición. Rodrygo no es un goleador. Es un buen jugador de equipo, muy aprovechable por su calidad, y lo que va a llegar es un depredador del gol: Kylian Mbappé. Un futbolista demoledor en lo físico y lo mental.

Mbappé desplazará a Rodrygo y el brasileño tendrá que adaptarse, de nuevo, a un rol secundario. De jugarlo todo a agitador de partidos. La otra opción de futuro es una posible venta que ayudaría al club a ingresar una cantidad apetecible que ayude a compensar el desembolso de Mbappé. La idea de Rodrygo es no salir del Real Madrid. Es uno de los jugadores que ha blindado el club con una cláusula de 1.000 millones de euros. Pero esto es fútbol, da muchas vueltas y el brasileño tiene mercado.